Beatificado Don Bonifacio, uno de los sacerdotes enfoibados en Istria
por los partidarios de Tito
Es, para la Iglesia católica, el primer Beato tirado en las foibe. Don Francesco Bonifacio, nacido en Pirano en el 1912 y asesinado el 11 de septiembre de 1946 en Istria, en los alrededores de Villa Gardossi, por bandas partisanas comunistas, ha sido elevado a los honores de los altares el sábado 4 de octubre en Trieste, con una solemne ceremonia en la catedral de San Giusto, presidida por mons. Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las causas de los santos, y en la presencia de mons. Eugenio Ravignani, obispo de Trieste, y de otros 12 prelados. Ha sido enorme la participación de los ciudadanos, al completo las representaciones de las asociaciones de los desterrados italianos de Istria, Fiume y Dalmazia con sus estandartes.
El joven sacerdote, aquella tarde de septiembre, acabada la guerra, fue alcanzado y parado por algunas guardias populares yugoslavas. De él no se supo nada más, pero según acreditadas verificaciones fue asesinado y tirado en una foiba. «En don Francesco Bonifacio, hombre bueno y pacifico, se quiere atacar al pastor de almas, individuando en él, por el motivo del grande ascendente espiritual que tenía en toda la población – ha dicho mons. Ravignani – un obstáculo intolerable para la difusión de la ideología comunista. Él ha defendido valientemente la fe de su gente del ateismo que se pretendía imponer».
Don Bonifacio fue uno de los 39 sacerdotes enfoibados, 36 de los cuales italianos, los restantes tres eslovenos y croatas, como don Miro Bulesic, de la diócesis de Parenzo-Pola, degollado en el 1947 por los titines. «No hay nada, absolutamente nada en el testimonio de don Bonifacio – ha querido precisar el obispo Ravignani, a fin de que se eviten peligrosas instrumentalizaciones – que pueda hacer pensar en una cerrazón hacia una nacionalidad diversa de la suya. Al contrario, el suyo es un ejemplo de como se puede vivir con personas que hablan lenguas distintas».
La Asociación de las Comunidades Istrianas, con sede en Trieste, ha dedicado a finales de septiembre una significativa tarde a la figura de don Francesco Bonifacio, presentes autoridades civiles y religiosas, el presidente de las Asociaciones Giulianas en el Mundo, Dario Locchi y el presidente de honor Dario Rinaldi, y Renzo Codarin presidente de la Federación de las Asociaciones de los Desterrados Istrianos, Fiumanos y Dalmatas. Conmovedor el testimonio del hermano del sacerdote, Giovanni. Y Sergio Galimberti, autor del libro I sacerdoti dell’Esodo. Don Bonifacio, servo di Dio, ha reconstruido el largo y complejo recorrido que ha conducido al Tribunal diocesano a la beatificación.
En el número de diciembre de “Difesa Adriatica” habrá una amplia crónica del evento.
p. c. h.
